La Guerra Fría y la política de bloques

El fin de la Segunda Guerra Mundial dividió a los vencedores en dos bloques: el comunista, dirigido por la Unión Soviética, y el capitalista, administrado por Estados Unidos. Estos dos grandes grupos evidenciaban dos sistemas políticos, dos modelos económicos y dos formas de organización social totalmente diferentes y opuestas. Las relaciones entre ambos fluctuaron por diferentes etapas de tensión, conocidas en la literatura historiográfica como la Guerra Fría, y también por períodos de diálogo y coexistencia pacífica.

El enfrentamiento tras la victoria

El panorama político tras la victoria fue tan desolador como el propio conflicto. Los aliados fueron incapaces de llegar a un acuerdo y la firma del tratado de paz. Desde el principio las relaciones estuvieron condicionadas por el enfrentamiento entre las dos potencias vencedoras: Estados Unidos y la Unión Soviética.

Las Conferencias de Yalta y Potsdam

En 1945 se decidió el destino de Alemana y la reorganización del futuro de Europa. En el nuevo reparto del mundo, evidenciado en la Conferencia de Yalta, Truman, el nuevo presidente estadounidense, condicionó al resto de países haciendo uso de la fuerza que le daba poseer la bomba atómica. De este modo adoptó duras posturas frente a Stalin.

En la Conferencia de Potsdam se decidieron las reparaciones que había de satisfacer la derrotada Alemania, así como se determinaron las zonas del territorio alemán que ocuparía más tarde cada uno de los aliados.

Intentos de organización para la paz

En un claro intento de los vencedores de alcanzar la paz en un futuro, se explica la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyo origen se remonta a la Sociedad de Naciones y a las conversaciones que habían tenido los “Tres Grandes” en las conferencias que se celebraron durante la guerra. La constitución de la ONU fue aprobada en la Conferencia de San Francisco durante los meses de abril y junio de 1945.

El bloque capitalista

El bloque capitalista aglutinaba a varios países de Europa occidental, América del Norte y del Sur, Australia y Japón. El sistema político de este bloque era el liberal-democrático y sus principios se basaban en la libertad de industria y comercio, el predominio del mercado, la propiedad privada y una escasa intervención del Estado en la vida económica.

El bloque comunista

El otro bloque ideológico era el socialista, llamado también socialismo real o comunismo. Estaba formado por la URSS y por numerosos países de la Europa del Este. Era un sistema económico basado en la planificación y control del Estado, la desaparición de la propiedad privada y del merado, y en el férreo control de la sociedad.

El Plan Marshall y la respuesta soviética

En 1947 la tensión entre los bloques derivó en una ruptura anunciada. El secretario de Estado americano George Marshall  presentó un programa de asistencia a los países europeos que se sentían condicionados por el avance ideológico del comunismo. Conocido bajo el nombre de “Plan Marshall”, esta alternativa ofrecía una ayuda en forma de créditos y donaciones a los países que previamente expulsaran a los ministros comunistas de los gobiernos de coalición. La mayoría de los países occidentales abrazaron la nueva propuesta y crearon la Organización Europea de Cooperación Económica.

La respuesta soviética: la creación del Kominform

Ante el “Plan Marshall, la respuesta soviética no se hizo esperar. La URSS instó a los partidos comunistas de Europa central a finalizar con los gobiernos de coalición y a sustituirlos, así, por gobiernos comunistas sumisos a Moscú. De este modo, se creó el Kominform, una organización política que dirigiría los destinos de los partidos comunistas de Europa.